viernes, enero 15, 2016

Mis amantes

Anoche un alma parecida a la mía me recordó algo que hace tiempo había aprendido, algo que por dolor dejé de hacer, y que transforma la mera existencia en vida: tener un amante. ¡Hay que buscarse un amante! #JorgeBucay no podría haberlo dicho mejor, más claro...


Recuerdo un tiempo, que parece tan lejano, en que yo tenía muchos amantes, y mis amigas me preguntaban de dónde sacaba tiempo para salir con todos. Recuerdo que vivía cansada, pero era un cansancio del bueno, de ese que te hace sonreír y levantarte entusiasmada porque hoy tendría un encuentro con uno o varios de mis amantes. Dormía poco, sonreía mucho, y pocas veces me he sentido más viva.


Últimamente he sido infiel, he estado cansada y triste, pero de ese cansancio que no se pasa descansando, por más fines de semana que me permito pasar en cama viendo Netflix no abandona mi cuerpo, y el dolor se asienta como un peso titánico, colosal. Y entonces, me miro al espejo y recién recuerdo aterrada que soy joven aún, ¿cómo sobreviviré si a mis 28 años siento que hubiese vivido 100, cómo seguiré adelante si estoy tan, tan cansada? Ahorro toda la energía que puedo para levantarme de lunes a viernes e ir a trabajar, los findes de semana salgo sólo si es el cumpleaños de alguien muy importante, un matrimonio o una despedida, a veces, ni siquiera así. Salgo a comprar para que tengamos todo lo necesario en nuestro búnker y seria todo. Por eso, me pregunto, si ahorro tanta energía que antes utilizaba en mis amantes, ¿por qué sigo pobre, menesterosa de ella?


Y gracias a un par de almas buenas, recordé lo que ya sabía, recordé que la energía se genera en la medida en que se utiliza, y que la pasión de los amantes es el mejor generador, ¡pura adrenalina!


Y yo les he sido infiel, a todos mis amantes los he abandonado, excepto a uno que sólo puedo visitar una o dos veces al año: viajar. ¿Cómo pude haberlos dejado? De puro cansada me alejé, pero los extraño a todos: la literatura, el teatro, la guitarra y el canto, mi saxofón, la fotografia, el deporte, Visionarios, hacer ayudantías, organizar jornadas y eventos... Me cuesta creer que soy la misma Valeria que en el colegio era capitana de volleyball, directora de una compañia de teatro donde escribía, dirigía y actuaba las obras que presentábamos, participaba en el taller de debate, tocaba saxofón en la banda del colegio y era presidenta de curso, manteniendo el promedio más alto de la generación. La misma Valeria que en la universidad tomaba más ramos de los reglamentarios, hacía ayudantías de liderazgo y de recursos humanos, participaba en el taller de teatro y en la sociedad de debate, jugaba volleyball o iba al gimnasio, estaba en la directiva de Visionarios y lideraba una organización universitaria llamada Voz UAI.


Oh... tenía tantos amantes... Ningún hombre me ha hecho sentir más viva, más plena, más segura y más enérgica que mis amantes. Porque los amantes no son necesariamente personas, son pasiones, que te sumergen en el amor propio, el amor más duradero.


Doy gracias a Katherine por compartirme este texto de #JorgeBucay, por recordarme que no necesito más horas de sueño para tener más energía, necesito más pasiones que me quiten el sueño para darle sentido a mi vida.


¡Así que llámenme promiscua!, pero volveré a buscarme más de un amante, empezando por la literatura, la guitarra y, en cuanto mi cuerpo se recupere, el gimnasio.



http://www.leonismoargentino.com.ar/RefBuscarAmante.htm