Todo a su debido tiempo, dicen,
pero también los he escuchado aseverar que el tiempo es relativo.
¿Qué es lo debido,
si hay noches que parecen años y meses que saben a suspiro?
Él tiene que ser lo debido,
y el tiempo sólo un capricho
de esa eterna niña
que nos ve a todos envejecer: la vida.
Él tiene que serlo, ser lo debido
o un perpetuo castigo,
porque la niña sigue cruzándolo y sacándolo de mi camino,
embaucándome con un momento de felicidad
para que después el latigazo de su nueva desaparición duela más…
o para que cuando finalmente se quede, yo lo sepa valorar.
¿Será que esta vez sí se quedará?
¿O será que esto no es el juego planeadísimo de la sabia,
sino sólo un montón de coincidencias sin más sentido que el la obsesiva racionalidad le logra dar?
Y si esto no es más que una casualidad,
me alegro de que existan tales
porque bien se quede o se largue
para mí él es lo debido
y cuando se me escapa de la boca un te quiero mi niño
me queda en los labios sabor a destino.
pero también los he escuchado aseverar que el tiempo es relativo.
¿Qué es lo debido,
si hay noches que parecen años y meses que saben a suspiro?
Él tiene que ser lo debido,
y el tiempo sólo un capricho
de esa eterna niña
que nos ve a todos envejecer: la vida.
Él tiene que serlo, ser lo debido
o un perpetuo castigo,
porque la niña sigue cruzándolo y sacándolo de mi camino,
embaucándome con un momento de felicidad
para que después el latigazo de su nueva desaparición duela más…
o para que cuando finalmente se quede, yo lo sepa valorar.
¿Será que esta vez sí se quedará?
¿O será que esto no es el juego planeadísimo de la sabia,
sino sólo un montón de coincidencias sin más sentido que el la obsesiva racionalidad le logra dar?
Y si esto no es más que una casualidad,
me alegro de que existan tales
porque bien se quede o se largue
para mí él es lo debido
y cuando se me escapa de la boca un te quiero mi niño
me queda en los labios sabor a destino.