domingo, octubre 25, 2009

Arrebato de perdonar

Ha habido veces en que he estado dispuesta a perdonar, en que escucho su voz y sé que la extraño, en que me encuentra su risa y recuerdo cuando yo la provocaba. Entonces, un impulso súbito de acercarme y confesar que no importa, que carezco de todo orgullo propio, un arrebato de perdonar.

Pero pronto recuerdo que no hay interés en mi disculpa, que no existe la mínima intención de recibirla, de recibirme… y me quedo aquí, con mi orgullo aparente, con mi soledad evidente.

Tal vez es obra de una sabiduría superior, una gracia medieval, que impide la enmienda de la amistad, pues probablemente nunca fue tal. Y así en el silencio son estériles las diferencias, no pueden nacer las peleas… tampoco las sonrisas… no surge nueva vida, pero tampoco heridas de muerte.

Su timbre suena en mi aire, y a veces me dan ganas de perdonar; sin embargo, en mi soledad estoy a salvo, aquí estoy a salvo.

8 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Hola... paso a dejarte un abrazo y agardecer tu visita... te estero siempre.

MentesSueltas

Belén dijo...

Quizá si estés a salvo de los demás, pero de ti estás a salvo?

Besicos

NataliailataN dijo...

Esa música!!!!

Que terri-ncreíble lo que me produce!

Hace tiempo qu eno entraba a ningún blog.. Entré actualizar el mío y leí tu comentario de hace u tiempo... vine a visitarte y me sale este post y esta música, my god!

La soledad me acaba de abrir su puerta. Estamos juntas en la misma habitación con eco y paredes pálidas.

Espero que no dure mucho... quiero volver a reir y sentirme plena.

N.

.].ëXh!B¡ç¡øN!§Ta.[. dijo...

Si estamos juntas en la misma habitación, entonces no estamos solas.

monicalvarez dijo...

Amar engrandece al ser humano.Perdonar igual.
Un saludo desde Ñuñoa

Basquiat dijo...

se perdona, mas creo que dificilmente se olvida.
besos.

El Trovador dijo...

El perdón no es nada más que un escape en este momento, y lo sabes, así lo expresas.

Deseas ser querida, amada y respetada, pero ese deseo es por ahora un arma de doble filo que te amenaza sin piedad cada vez que le das la espalda.

Deja de buscar querida poetiza, déjate arrastrar por la fuerza del día a día, y prepara tu alma y tu cuerpo, porque lo que esperas llegará, más temprano que tarde, llegará.

Un abrazo.

El Trovador

Alfeito.- dijo...

y no extrañas la soledad compartida?