Mi amor:
Hay pocas razones, pero una acción: escribo una carta para ti. Hablamos hace un par hora, o menos; nos vimos ayer; nos veremos mañana; no estamos peleados, no estamos apasionados; no estamos incomunicados, puedo tomar el celular en cualquier momento; no estamos lejos, unas veinte cuadras sería tal vez exagerar... Pero escribo una carta para ti, porque te amo.
¿Recuerdas ese tiempo en que no nos amábamos? Es irónico, sin embargo, ese era el tiempo en que más románticos éramos. Me invitabas a lugares que me sorprendieran, yo me arreglaba mucho, me dedicabas canciones, yo inventaba juegos, me escribías mails, yo te coqueteaba... Fue un tiempo bonito, corto y romántico. Lo recuerdo con una sonrisa, mas no lo añoro. Prefiero esta tranquilidad hermosa de amarte y que me ames, prefiero la ausencia de esa duda nerviosa de si realmente estás feliz de verme, prefiero la sinceridad. Estupidez creer que planear estrategias para sacarte un beso y cuidar mis palabras para que no se revele cuánto me gustas es romántico. Eso no es romance. Esto es romance. Esto que estoy haciendo, esta carta que escribo, tu invitación a comer helado porque sabes que me encanta, el superocho que te llevo porque sé que te encanta, acompañarme a ver la teleserie, acompañarte a escuchar el partido, proponerme ir al cine a ver esa película que odias, aceptar ir a la parada militar que me aburre... Esto es romance, esto es burlarse de la rutina... y de eso se trata el amor. ¿O no? ¡Quién sabe! El amor lo inventamos tú y yo. Y otras parejas inventarán otros conceptos, y tendrán otros parámetros, y otros besos, y puede que sean mejores... Y en ese tiempo en que no nos amábamos me importaba. Me trastornaba la posibilidad de encontrar a alguien más, a alguien mejor, y que no lo viera por ya haberte elegido. No obstante, hoy te amo, y puede que sí, que haya gente mejor, y es muy probable que sí, que haya gente mejor, y ya no importa. Porque este amor nuestro que no merece estar en ninguna película, me hace feliz. Me hace feliz, y aunque pudiera encontrar algo mejor, ¡no quiero algo mejor! ¡Te quiero a ti! Y quiero nuestra historia, y quiero vivirla siempre, y quiero que sus sucesos calmos que no podré narrar en ninguna novela, y quiero esta tranquilidad de poder decirte sinceramente lo que pienso y no temer ser herida, y quiero crear una rutina contigo y que esa palabra no tenga carga negativa, y quiero redactar esta carta, una carta para ti, una carta de amor.
Hay pocas razones, pero una acción: escribo una carta para ti. Hablamos hace un par hora, o menos; nos vimos ayer; nos veremos mañana; no estamos peleados, no estamos apasionados; no estamos incomunicados, puedo tomar el celular en cualquier momento; no estamos lejos, unas veinte cuadras sería tal vez exagerar... Pero escribo una carta para ti, porque te amo.
¿Recuerdas ese tiempo en que no nos amábamos? Es irónico, sin embargo, ese era el tiempo en que más románticos éramos. Me invitabas a lugares que me sorprendieran, yo me arreglaba mucho, me dedicabas canciones, yo inventaba juegos, me escribías mails, yo te coqueteaba... Fue un tiempo bonito, corto y romántico. Lo recuerdo con una sonrisa, mas no lo añoro. Prefiero esta tranquilidad hermosa de amarte y que me ames, prefiero la ausencia de esa duda nerviosa de si realmente estás feliz de verme, prefiero la sinceridad. Estupidez creer que planear estrategias para sacarte un beso y cuidar mis palabras para que no se revele cuánto me gustas es romántico. Eso no es romance. Esto es romance. Esto que estoy haciendo, esta carta que escribo, tu invitación a comer helado porque sabes que me encanta, el superocho que te llevo porque sé que te encanta, acompañarme a ver la teleserie, acompañarte a escuchar el partido, proponerme ir al cine a ver esa película que odias, aceptar ir a la parada militar que me aburre... Esto es romance, esto es burlarse de la rutina... y de eso se trata el amor. ¿O no? ¡Quién sabe! El amor lo inventamos tú y yo. Y otras parejas inventarán otros conceptos, y tendrán otros parámetros, y otros besos, y puede que sean mejores... Y en ese tiempo en que no nos amábamos me importaba. Me trastornaba la posibilidad de encontrar a alguien más, a alguien mejor, y que no lo viera por ya haberte elegido. No obstante, hoy te amo, y puede que sí, que haya gente mejor, y es muy probable que sí, que haya gente mejor, y ya no importa. Porque este amor nuestro que no merece estar en ninguna película, me hace feliz. Me hace feliz, y aunque pudiera encontrar algo mejor, ¡no quiero algo mejor! ¡Te quiero a ti! Y quiero nuestra historia, y quiero vivirla siempre, y quiero que sus sucesos calmos que no podré narrar en ninguna novela, y quiero esta tranquilidad de poder decirte sinceramente lo que pienso y no temer ser herida, y quiero crear una rutina contigo y que esa palabra no tenga carga negativa, y quiero redactar esta carta, una carta para ti, una carta de amor.
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