Yo contigo era sonrisa, y ahora que soy sólo mi nombre y la evocación de tu rostro se me prohíbe difusamente, prevalece el cariño que me daban tus chaquetas y cada roce casual.
Ya se acerca el verano y no las usarás, déjame acostarme con ellas, porque sé que cuando despierte aún las tendré a mi lado para una caricia más.