domingo, octubre 21, 2018

Tu bailarina


Sólo basta que vengas y empieces a hablar, y yo tomaré de tu boca las cintas de colores con mis dedos hábiles, y las transformaré en un brillante baile. Dame la melodía y yo jugaré dándoles forma por los aires, a todas tus ideas les daré movimiento y energía para crear más, cientos, miles. Danzaré con ellas e incluso puede que cante sobre el ritmo que hayas elegido, pero con pasos nuevos, con letras que no esperabas escuchar, y que tal vez nunca hubieran nacido si no te hubiese dado por hablar.

A ti y a mí siempre nos amanece, no alcanza la noche para toda la música que hacemos; porque tan fácilmente afinamos, dame más cinta y daré vueltas entre tus colores, te envuelvo y te los muestro mientras se te fascinan los ojos. Los míos también brillan, porque se sienten libres, talentosos, la mejor bailarina de tu mente, iluminados de posibilidad.

Ahora calla, ahora escucha, y no quieras hacerme canción, resiste la tentación de exaltarme como concepto, renuncia a los ideales que buscan un bien común y confiesa tu propio bienestar, confiésate qué falta para que no hagan falta los acordes ni los poemas. Ya sé lo que piensas, ahora dime qué te hace sonreír, qué se roba tu aliento, y ese segundo en que respiras como si costara, como si no lo hicieras cada día, a cada momento.

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