sábado, agosto 18, 2007

Pide un deseo

Qué desesperación, mirar hacia dentro y ver algo que no te gusta. Qué desesperación, mirar hacia fuera y ver algo peor.¡Estorban los ojos! Eso pasa, si la gente los cerrara un momento, la humanidad podría aún salvarse al percibir aquellas cosas que son más importantes que la imagen.

Y hablando de imagen... ¿qué imagen tengo yo? ¿Qué imagen tienes tú? Yo no sé quién soy, se mezclan los sufrimientos, las máscaras de protección y los deseos frustrados, ¿qué te mueve ahora a tu destino? La casualidad tal vez... ¿y la voluntad? No. Ella se pierde por ahí, por ahí en algún error, en alguna persona, en algún invierno, en una cita a la que nadie llegó. Y entonces la rabia, la ira, los gritos, el miedo, el frío... y luego, la inmovilidad. El existir. No el vivir.

El deseo, ese es el problema. Nadie se da el tiempo de descubrir cuáles son sus deseos más íntimos que te llevarán a escoger las acciones que determinen el destino donde esos deseos se saciarán, y morir tranquilo, en la vejez con pelo blanco o no, con nietos o no, con paraguas-o-no, pero tranquilo.

¿Tranquilo? ¿Conoces ese estado? Te apuesto que eres uno más de esos que no identificaron sus deseos y de repente ya estaban en el colegio porque era el deber, en la universidad o instituto porque era el deber, enamorándose porque, puta, en algún momento te TIENES que enamorar, y trabajando porque nuevamente es el deber... ¿Y todas esas cosas que hiciste o debes hacer tienen alguna relación con lo que profundamente deseas? Tus acciones son sólo acciones, sin destino, juegas a la gallinita ciega y así vives y guías tus pasos. ¡Te apuesto! Y tú apuesta que yo también, y ganarás. ¡Vamos al casino! Ganaremos todas las apuestas, total ya sabemos mucho del azar: esa es nuestra vida.

Bebe un poco más, llora la vez número diez mil uno, vomita y toca fondo. Y antes de lavarte por decencia, mírate al espejo así, tal cual, con el vómito escurriendo y pregúntate: ¿Qué tiene esto que ver con lo que alguna vez deseé? Te apuesto que conozco la respuesta: nada. Recién entonces lávate si quieres, si no, da lo mismo. Apaga la radio, apaga la lluvia, todo, ¡apágalo todo! Que no haya interferencia, que ningún sentimiento predeterminado tiña esa búsqueda con un tono ajeno, este es el momento, cierra todo, abre aquello de lo que te quejas y que no conoces: tus deseos. No será fácil, te lo apuesto. Y cuando los identifiques, podrás guiar nuevos pasos, moverte hacia ellos, ni los huesos cansados podrán detenerte si ya sabes hacia dónde vas, dónde queda. Y entonces tomará sentido el colegio, la universidad, las matemáticas, el trabajo: herramientas, ¡herramientas todas! El bastón para caminar hasta allí, hacia el destino donde se sacian los deseos, ya no serás ciego, será perfecto. Te apuesto que entonces todo tomará sentido. Te apuesto que te costará un mundo tomar la decisión. Te apuesto que estar triste es más fácil que atreverse a buscar la solución. ¡Te apuesto! ¡Te apuesto! Vamos al casino... yo ya he perdido tantas veces, ya no creo en el azar, creo en mis deseos, que son tantos, y que no seré tan mediocre de al menos intentar saciarlos. Nadie puede llegar a la perfección, pero es mediocre ni siquiera intentar acercarse a ella.

5 comentarios:

Kuhane dijo...

Yo no sé que imagen tengo, sólo se que a veces sé, que a veces soy, que a veces respiro ... pero lo que más tengo adherido a los parietales, es que oscuresco ....

Uno mismo es un vals, es una distancia herida siendo participe en un mundo de espejos, de caretas ... donde morderse de adentro nos deja un territorio de libertad ... donde gritar, y no reprimirse ... y allí estoy yo, desligada, catatónica ... por que no quiero olvidar ni dejar de sorprenderme ...

Es un placer visitarla niña! ... y descubrirle las caretas que en la monotonía, podría apostar que no revela ....

Un beso. Gia.

Anónimo dijo...

uf, una vez más me he dado cuenta que todos lo tenemos, que tomos lo hemos sentido.. lo mismo que tu expresas, lo mismo que tu escribes.

Desear es una cosa, realizar es otra. La vida es como un riel.. si te descarrilas, muuuucho cuidado!.

Creo que todos creemos ser más felices en ese riel, total, el riel es seguro... y si lo seguimos.. a alguna estacion llegaremos.

¿quienes tienen tanto valor como para intentar descarrilarse? muchos lo tienen... la enorme mayoria no..

y es cierto.. siguen el camino que el riel les dicta.. creyendo ser felices por que estan tranquilos, pero siempre se preguntan si los prados seran más verdes lejos del camino trazado.

Munhti dijo...

Es raro señorita exhibicionista, esto me pone inevitablemente cerca suyo.
Digo, eso nació en un comentario que recuerdo demasiado, que se incrustó bastante.

No sé, creo que te dije que para mi los deseos eran como dios en muchos sentidos, pero ahora creo más que eso. Es tan difícil sustraerse de lo que esencialmente es impuesto desear, que no confío en ellos, dudo un poco, incluso, de mis intenciones.

Sigo creyendo que deberíamos conversar así que te dejaré mi mail: hsir14@hotmail.com

Miguel Rodríguez dijo...

me dejas pensando...
está bueno.




un beso

Kuhane dijo...

usted es tanto mas de lo que se imagina ... y yo lo veo, abriendole las ventanas, mas alla de sus puertas (por que todo se cuela en las palabras y susurra bajo la pupila, lo que oculta el latido en la garganta) ....

Usted ... me anima a creer que los ojos si descubren la desnudez, la parte descalza de la vida ... y yo lo reafirmo ... hay que sorprenderse y dejarse sorprender, escriba lueguito, que yo la espero.