Abres los ojos un día más, se cumple un año más de existencia, y eso lo hace especial. Toda la jornada en la exaltación de tu persona, esperando que el mundo recuerde un número entre trecientos sesenta y cinco.
El regocijo del nacimiento, a medida que se acumulan las horas, encuentra el ocaso en la angustia de la indiferencia, del olvido… Una y otra boca dijeron feliz cumpleaños al pasar, nadie aún planea una fiesta sorpresa, se suman velas y cada vez son menos los que entonan la melodía previa al soplido. Cada regalo evidencia que nadie sabe lo que quieres; sonríes por cortesía y por la cómica imagen que tienen de ti… ¿será que ni los que se molestaron en asistir a tu celebración te conocen?
Empieza la cuenta regresiva de tu día especial, que sólo podía serlo si los demás se proponían hacértelo tal, y tu felicidad, como en calidad de recién nacido, depende de las atenciones de terceros: el cumpleaños no es un festejo, es una prueba de fuego a la amistad, al cariño.
Mañana también abrirás los ojos, y entonces, que ese amanecer sea especial, sólo dependerá de ti.
El regocijo del nacimiento, a medida que se acumulan las horas, encuentra el ocaso en la angustia de la indiferencia, del olvido… Una y otra boca dijeron feliz cumpleaños al pasar, nadie aún planea una fiesta sorpresa, se suman velas y cada vez son menos los que entonan la melodía previa al soplido. Cada regalo evidencia que nadie sabe lo que quieres; sonríes por cortesía y por la cómica imagen que tienen de ti… ¿será que ni los que se molestaron en asistir a tu celebración te conocen?
Empieza la cuenta regresiva de tu día especial, que sólo podía serlo si los demás se proponían hacértelo tal, y tu felicidad, como en calidad de recién nacido, depende de las atenciones de terceros: el cumpleaños no es un festejo, es una prueba de fuego a la amistad, al cariño.
Mañana también abrirás los ojos, y entonces, que ese amanecer sea especial, sólo dependerá de ti.